jueves, 20 de enero de 2011

LITERATURA ACTUAL: UN NUEVO COMPROMISO



Con el tiempo uno se va dando cuenta de que toda obra literaria (quizá toda obra artística en realidad) se enfrenta, primariamente, a una disyuntiva básica a la que tiene que dar respuesta. Es una disyuntiva que se ha presentado claramente a lo largo de la historia de la literatura y sobre la que podemos afirmar que hay momentos (generaciones, países, estilos)  en los que se le ha dado una respuesta y otros en que esa respuesta ha variado incluso radicalmente. Me refiero a algo que se puede plantear, siempre, como la elección entre dos posibilidades: ¿describir el mundo o tratar de explicarlo y así quizá mejorarlo? ¿Servirme de él o servirle a él?. Es algo más sutil y abarca una mayor esfera artística que la finalidad explícita de la llamada literatura social o de denuncia.

Y todo escritor, incluso los etiquetados de posmodernos que aparentemente estarían por encima de este tipo de cosas (o incluso que deberían rehuirlas, por formar parte precisamente de aquello que pretenden superar), tiene que resolver este aparente conflicto antes de ponerse a trabajar, aunque sea de forma inconsciente (de hecho, así sería en la mayoría de las ocasiones). Fijémonos en estas afirmaciones de David Foster Wallace en una entrevista con Larry Mc Caffery (un crítico literario y profesor de la Universidad de San Diego) de 1993, para la Review of Contemporary Fiction, en la que Bret Easton Ellis y su famosa novela American Psycho no quedan precisamente muy bien. Juzguen ustedes mismos:


Larry Mc Caffery: Pero al menos en el caso de American Psycho a mí me parece que había algo más que sólo este deseo de infligir dolor, o que Ellis está siendo cruel en el sentido en el que usted afirma que los artistas serios necesitan estar deseosos de serlo.

David Foster Wallace: Ahora está usted explayándose en la clase de cinismo que lleva a los lectores a ser manipulados por la mala literatura. Creo que es una forma de oscuro cinismo en el mundo actual sobre el que Ellis y otros dependen para su lectura. Mire, si la condición contemporánea es desesperanzadoramente mediocre, insípida, materialista, emocionalmente retrasada, sadomasoquista y estúpida, entonces, yo (o cualquier escritor) puedo dar gato por liebre poniendo juntas de cualquier manera historias con personajes que son estúpidos, sosos, emocionalmente retrasados, lo que es fácil, porque esta clase de personajes no requiere desarrollo. Con descripciones que son simplemente listas de nombres comerciales de consumo. Donde gente estúpida se dicen banalidades unos a otros. Es lo que siempre ha caracterizado a la mala literatura de personajes planos, un mundo narrativo dominado por el lugar común y que no se reconoce como humano, etc. Es también una descripción del mundo actual, luego la mala literatura se convierte en una mímesis ingeniosa de un mal mundo. Si los lectores simplemente creen que el mundo es estúpido y mortecino y egoísta, entonces Ellis puede escribir una estúpida novela mortecina y egoísta que se convierte en un cáustico comentario vacuo de la maldad de todo. Hombre, mire, probablemente la mayoría de nosotros estaríamos de acuerdo en que estos son tiempos oscuros, y estúpidos, pero ¿necesitamos ficción que no haga más que dramatizar acerca de lo oscuro y estúpido que es todo? En tiempos de oscuridad, la definición del buen arte parecería ser aquél que localiza y aplica la respiración artificial a aquellos elementos de lo humano y lo mágico que aún viven y se iluminan a pesar de estos tiempos oscuros. La buena ficción verdadera podría ver el mundo tan oscuro como quisiera, pero encontraría un camino para a la vez retratar el mundo e iluminar las posibilidades de estar vivo y ser humano en él. Usted puede defender “Psycho” como una especie de digestión representativa de los problemas sociales de finales de los 80, pero no es más que eso.

Quizá American Psycho sea un caso muy extremo, y quizá Wallace no trague o no quiera tragar con la idea de que esa novela constituya, precisamente, un retrato tan despiadadamente desolador de la sociedad de su tiempo que, aunque se limite, efectivamente, a describir, consigue, en última instancia, algún tipo de efecto “activo” en sus lectores, consigue que sus lectores se cabreen con esa sociedad o se avergüencen de ella, pero estamos ante un caso de la disyuntiva a la que me refería al principio. Y la elección para DFW es clara: la buena ficción retrata al mundo y a la vez lo ilumina, resaltando aquello que todavía nos define como humanos en un mundo deshumanizado.

Pero veamos también lo que opina sobre este asunto el escritor Rick Moody (autor entre otras novelas de La tormenta de hielo (1994), también extraídas de una entrevista (Bill Goldstein del New York Times, 2001):

“Gran parte de la narrativa americana actual, creo yo, intenta posicionarse en que es posible escribir desde el humanismo y no ser político. Y mi posición sería que todo lo que hacemos es político, se quiera o no. Así que es mejor que en tu literatura se refleje la consciencia de que esa es una de las particularidades de nuestro trabajo, que nunca escribiremos sin articular alguna clase de política, lo hagamos o no de una forma que diga, no sé, “soy un demócrata moderado” o “soy del partido verde”. Cada relato, tanto si es una novela de Anne Tyler o una novela de David Foster Wallace está articulando una política”.

Esto sería otra vuelta de tuerca, según la cual, ya no es que, por ejemplo, David Foster Wallace se nos haya convertido en un escritor “humanista”, es que es un escritor político. Y, sin duda, lo que me parece más interesante de todo esto, es que, en un mundo como este (deshumanizado, despolitizado, cínico, materialista, salvajemente capitalista, y pongan ustedes los etc. que quieran), la literatura que triunfa, la corriente que predomina (no sólo en EE.UU. sino también en el resto del mundo occidental), sea aquella que decide mejorar y servir al mundo. Los buenos escritores, siguen, en consecuencia, donde han estado siempre: a la contra. Que así sea.

3 comentarios:

  1. Bestial, cojonudo y muy iluminador. Gracias.

    ResponderEliminar
  2. Este ya lo he leído. ¿Es que no hay más?.

    ResponderEliminar
  3. Gracias por tus amables elogios y por tu sed de contenidos. Espero poder seguir correspondiéndote. Abrazotes

    ResponderEliminar