viernes, 4 de febrero de 2011

RAJOY: ¿LA IDEOLO QUÉ?



El señor Rajoy, candidato del Partido Popular a la presidencia del Gobierno, ha sorprendido a propios (aunque estos intenten disimularlo) y a extraños (puede que a estos no tanto en realidad) tras aparecer el pasado miércoles en una entrevista televisiva en el canal Veo 7 (explotado por la empresa editora del diario "El Mundo") y no saber qué contestar (pasando un momento de apuro verdaderamente angustioso) al ser preguntado por las medidas que su partido propone para crear empleo. Esta escena, que se ha convertido en un fenómeno en Internet (ver el diario Público de hoy), se produjo con el señor Rajoy sentado a la vera de un periodista a su servicio, como es Pedro J. Ramírez, ante la pregunta de una joven presente en el plató, que, como demuestra hoy el diario Público (impagable Ignacio Escolar), también había estado presente en la foto de portada del domingo del diario “El Mundo” haciendo de “persona del pueblo” al lado del señor Rajoy, y que había confesado su intención de votar a su partido porque así encontraría más oportunidades para trabajar. Es decir, no se trataba precisamente de un escenario donde un teórico líder político del PP fuera a encontrar motivos para perder los papeles.

Sin embargo, el señor Rajoy los perdió, y no fue capaz de decir prácticamente nada sustancial (salvo excusarse en no entender la letra del papel que sostenía y salir del apuro soltando un sonrojante “speech” con un tono parecido a aquello de la niña de hace unos años), ante esa pregunta, que no es una pregunta cualquiera, sino la cuestión clave, central, capital, básica y fundamental, que el líder de la oposición en un país como España, con el nivel de paro que padecemos, ha de responder inmediatamente, sin, por supuesto, ningún titubeo, sin necesidad ninguna de chuleta, con abundancia de explicaciones, de argumentos y justificaciones, explayándose en el tiempo, y convenciendo a todos aquellos que se molesten en escucharle. Debe ser una respuesta enraizada en unas convicciones profundas, sólidas, claras y transmisibles, que se basen en la experiencia de muchos años, de muchos ejemplos, de muchas puestas en práctica… Pero dejemos la ciencia ficción y volvamos a nuestra patética realidad. El problema del Partido Popular no es, exclusivamente, el señor Rajoy y sus despistes o su aparente indolencia o “dontancredismo”, el problema es que, como pensamos, quiero creer, cada vez más personas, y como ya tenemos aquí escrito (ver entrada La Derecha en Madrid), para tener respuestas teóricas o prácticas o de cualquier naturaleza a los retos con los que nos enfrentamos, primero se ha de saber qué se piensa, se ha de tener un sistema coordinado y lógico de ideas sobre el que basar los argumentos, y el Partido Popular (del que siempre me he preguntado el por qué de ese Popular, en qué sentido es un partido “popular”, ¿porque es de gente del pueblo, en el sentido de gente sencilla?, ¿es que alguien puede creer que los líderes de ese partido, Rajoy, Aznar, González Pons, Cospedal, Esperanza Aguirre, Ruiz Gallardón, etc. responden a esa definición? ¿O que la militancia de base del PP en Madrid, por ejemplo, nutrida de la gente acomodada de los barrios más favorecidos de la capital, es la gente sencilla?) no sólo no tiene ese sistema, es que su sistema consiste precisamente en no tenerlo.

El Partido Popular, la derecha española (cuidado, española, no la europea no italiana), carece de ideología teórica. La única manera de saber qué piensa el PP sobre cualquier cosa (y cuando digo pensar no me refiero al ruido y la furia con que se expresan sus portavoces todos los días en los medios de comunicación) es observar qué es lo que hace allá donde o en el momento en que gobierna. ¿Está el PP en contra del aborto? No, puesto que no abolió la ley teniendo la mayoría absoluta para hacerlo durante la etapa del señor Aznar. ¿El PP es partidario de bajar los impuestos para así impulsar el crecimiento siguiendo así las llamadas doctrinas económicas liberales o clásicas? No, puesto que los ayuntamientos gobernados por el PP suben los impuestos o cualquier otro pago del contribuyente y además de manera estratosférica. ¿El PP está a favor de una mayor integración europea? Nadie lo sabe, cuando llegue el momento ya verán por donde tiran. ¿Apoya el PP las revoluciones populares (estas sí) que están aconteciendo en los países de Oriente Medio? Ni idea, mejor no decir nada por si acaso… Y así podríamos seguir con cualquier cuestión básica, para luego pasar a otras de menor importancia, pero no daríamos nada más que con el vacío.

Lo más inquietante de todo esto es que, si la imagen que da un teórico líder y el partido que le respalda, cuando no tiene respuesta a las cuestiones centrales de la política, es de que lo único que se persigue es el poder por el poder, por inercia, por ambición, por corrupción, por lo que sea, y, si nadie lo remedia, ese es el partido que va a gobernar el país a partir del año 2012, entonces ¿qué va a ser de nosotros?. En nuestras manos (más bien en nuestra cabeza) está.

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