martes, 21 de junio de 2011

THE KILLING: BIENVENIDOS AL NORTE



Seattle, con sus más de 600.000 habitantes, es la ciudad estadounidense más importante de las emplazadas más al norte del país. Está a tan sólo 180 kilómetros de la frontera canadiense, sin embargo, eso sólo la sitúa por debajo de cualquiera de las latitudes que alcanzan los llamados países nórdicos europeos (es más, sus 47º de latitud están al sur de Londres, Berlín e incluso París, aunque parezca increíble, pero basta echar un vistazo a un mapamundi para comprobarlo). Es decir, para un sueco, un danés (y no digamos un noruego o un islandés) o incluso un británico, Seattle es el Sur. Sin embargo, en la serie The Killing, Seattle da toda la sensación de ser una capital escandinava (y esto no es ninguna casualidad, ya que estamos hablando de la versión americana de una serie danesa, Forbrydelsen o El crimen, que se desarrolla en Copenhague, y en cuya adaptación probablemente se ha buscado este efecto). Sus personajes recorren sus calles bajo una atmósfera que nos remite a esas ciudades del norte por las que el sol no se asoma casi nunca y llueve tantos días al año que parece que sus habitantes hubieran sido objeto de una maldición india.

Y es que cuando se trata de contar la investigación del horrible asesinato de una adolescente cuyo cadáver aparece en el maletero de un coche hundido en el fondo de un lago, y las terribles consecuencias que esta muerte tiene para su familia, pero también, como un cáncer en un cuerpo viejo que se fuera extendiendo lenta pero inexorablemente, sobre todos los personajes de cuyas vidas vamos sabiendo a lo largo de los magníficos 13 episodios de la primera temporada de esta serie (uno de los mejores policíacos que se han parido en los últimos años en todo el mundo, fruto de las privilegiadas mentes que están detrás de los guiones de los productos de calidad de la cadena AMC, en directa y productiva competencia con la ya consagrada HBO), la búsqueda de una atmósfera determinada, el marco ambiental que de credibilidad a las evoluciones de los actores, deviene en algo de gran importancia. Enseguida nos acostumbramos a ver a la pareja de detectives formada por la íntegra, obstinada e instintiva (y difícil de olvidar) Sarah Linden (cuya conveniente apariencia nórdica es puramente casual, ya que está interpretada por Mireille Enos, una actriz americana con ancestros franceses y cuya extraordinaria interpretación es otro de los grandes atractivos de la serie) y el misterioso, inteligente y perspicaz Stephen Holder, (este sí el actor sueco Joel Kinnaman) corriendo bajo la lluvia o tratando de desenmarañar la complicada madeja en la que, poco a poco, se va convirtiendo la investigación del caso al monótono y triste ritmo que marcan los limpiaparabrisas de su coche.


The Killing tiene el aire del boom de la novela negra escandinava. En cierta forma es una especie de Wallander a la americana, en el sentido de que no nos ahorra ninguno de los detalles incómodos, difíciles de digerir, que se producen en torno a lo que constituye el núcleo central de una investigación policial, que no es otra cosa que una muerte horrible (y que normalmente quedan olvidados frívolamente cuando vemos a padres, madres o esposas conversar tranquilamente con la policía sobre la muerte de sus seres queridos en escenas inverosímiles apenas horas después del acontecimiento) que en otras producciones de menor calidad nos harían simplemente cambiar de canal o si poseemos el don de la paciencia, desear que termine la escena en cuestión, pero que en esta serie se elevan muy por encima de la media, alcanzando cotas dramáticas y emocionantes difíciles de conseguir. Así, asistimos a todos y cada uno de los desgarros que se van produciendo como fases inevitables en los miembros de la familia Larsen (cuya hija Rosie es la víctima sobre la que gira la trama), incluidos los hermanos pequeños, cuyo desvalimiento (y las dolorosas emociones que ello provoca en sus padres) es narrado con maestría y naturalidad. Y es precisamente esta naturalidad (también presente en las historias de los mejores representantes escandinavos del género), que es un rasgo predominante en toda la narración, la que dicta que nuestra pareja de detectives protagonista, con todas sus virtudes, incurran constantemente en errores, algunos de ellos muy graves. Es decir, meten la pata hasta el fondo, como si fueran policías de verdad y esto, en lo que tiene de considerar al espectador como alguien inteligente, es realmente apreciable.

La serie se ramifica también con otras subtramas no menos importantes, como la que narra la campaña a la alcaldía de la ciudad, que se encuentra en sus últimos momentos (hay que decir que cada episodio representa un día de la investigación principal, lo que contribuye a dar gran dinamismo al flujo de acontecimientos, esquema similar al de la serie danesa original) y en la que contienden el actual alcalde, un tipo deshonesto que busca su beneficio personal (algo raro en política) y el concejal Darren Richmond, un tipo que transmite honradez pero que lucha contra el terrible influjo emocional con el que carga desde que su mujer murió en un desgraciado accidente de tráfico. O la que se interna en la vida de la detective Linden, alguien que está al borde de la ruptura con todo, pero que permanece colgada en una especie de limbo personal mientras dura la investigación.

The Killing es intrigante, absorbente y emocionante. Tiene todos los ingredientes que necesitan las buenas historias del género negro. Los guionistas se las apañan en cada episodio para dar un giro desconcertante a la trama, de tal forma que ha sido una tortura ver la serie con una frecuencia semanal. Pero, además, nos revela a sus protagonistas como seres humanos que sufren y que se equivocan. Bienvenidos al norte.

2 comentarios:

  1. Magnífica reseña. Estaba esperando a que estuvieran disponibles todos los capítulos (ya tengo la serie entera) para empezar a verla, y la reservaba para el verano (no sé por qué, pienso que el ambiente lluvioso de Seattle puede refrescar algo mi verano continental), pero después de leer tu estupenda reseña, dan ganas de hincarle el diente hoy mismo. Gracias por tu recomendación.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Atticus. Dichoso tú, que vas a poder verla al ritmo que quieras. Yo cometí el error de ver el primer episodio dos días después de su estreno en EE.UU y me quedé enganchado sin remedio. Ya me contarás que te ha parecido. Saludos veraniegos.

    ResponderEliminar